7 de enero de 2019
HACE 70 AÑOS
En enero del año 1951, por disposición del intendente municipal doctor Ernesto María Malère, y dando cumplimiento a la Ordenanza Nº 64 que había sido aprobada en el año1949 por el Honorable Concejo Deliberante, se produce la suspensión definitiva de las inhumaciones en el Cementerio del Oeste (conocido como de los pobres). Desde la fecha el incipiente Cementerio Central pasa a denominarse Cementerio único. A los deudos se les otorgaría un plazo de cinco años para el traslado de los restos de sus familiares. Lo único que nos llega con seguridad es la muerte señala el escritor Gabriel García Márquez, y en este artículo la Lic. Sandra Adam reseña parte de la historia de lo acontecido con las necrópolis en esta ciudad. El Cementerio del Oeste o Cementerio de los pobres funcionó hasta mediados de la década del 50. Algunos de los restos de su edificio, perduraron hasta hace pocos años atrás. FOTOS GENTILEZA SANDRA ADAM
Escribe: Lic. Adam, Sandra Gabriela.
Facultad de Ciencias Naturales y Museo UNLP.
Los lugares utilizados para entierros, al igual que los enterratorios han revestido diversas formas o modalidades según el contexto sociohistórico de la región en que se lo halle, observando en ellos variadas influencias culturales, a través de los elementos materiales muchas veces vinculados a diferentes cultos y creencias.
Sabemos que, a partir de las necrópolis y su historia, se puede reconstruir la historia tanto su contexto social como cultural del lugar en que se encuentre.
La instalación de cementerio, es un requisito necesario para el funcionamiento y desarrollo de un pueblo. Cuidar y preservar la integridad de los espacios públicos donde se hallan depositados los restos de quienes nos precedieron, es una tarea ineludible al menos para el Estado, cuyo cumplimiento indica un cultivo de la memoria. Por el contrario, el dejar librado a su propia suerte a un cementerio es señal de deterioro de los lazos sociales y de la gestión estatal.
En la actualidad muchas necrópolis se consideran como verdaderos museos patrimoniales a cielo abierto con los cuales se pone el valor un contexto macro que va desde lo arquitectónico, iconográfico hasta las creencias y trascendencia humana a partir de una evaluación iconológica.
Consideramos oportuno reconstruir el camino histórico que recorrieron las necrópolis locales, la misma se encuentra muchas veces olvidada y confusamente documentada. Para este fin se tomaron en cuenta varias fuentes: Archivos parroquiales, municipales y periodísticos, entrevistas con la gente del lugar. También se relevaron los diseños simbólicos y estilos arquitectónicos de los cementerios y las unidades que los componen, que nos llevaron a identificar la ancestría y el sentir de los diferentes habitantes que bosquejaron la historia del lugar. Los resultados obtenidos hasta el momento revelaron, el olvido y la falta de conocimiento de importantes sucesos que ocurrieron a lo largo de 181 años, acentuándose este hecho en las nuevas generaciones. Por lo cual creemos indispensable, fomentar el interés de la comunidad a proteger y salvaguardar su historia y patrimonio con una actitud responsable, compartida y solidaria, pensando en las generaciones futuras.
Si bien, los estudios no han concluido aún, la información relevada hasta el momento ha ampliado el bagaje cognoscitivo que ahora estamos tratando de ordenar, despertando el interés en la comunidad e intentando de esta manera, reconstruir una parte de la historia del pueblo que las nuevas generaciones desconocían y las pretéritas olvidaron.
Azul y sus Cementerios
En tiempos fundacionales Azul, se caracterizo por ser un fuerte en la avanzada sobre los pueblos pampeanos originarios, fundado por el coronel de la 5ta, Milicia de campaña, Don Pedro Burgos. La primera población contaba con 250 personas y para 1858 por datos relevados en actas parroquiales, ya cuenta con más de 4500 personas (Adam, S 2000). La ancestría poblacional de entonces estaba conformada por: españoles, negros, pardos y originarios.
Los limites temporales que pudimos documentar para los primeros entierros, se remontan al 15 de febrero de1835 hasta marzo 1858 aproximadamente. Si bien el emplazamiento original fue aproximadamente en diciembre de 1832, no obtuvimos datos o actas de defunciones hasta dos años posteriores de la instalación del fuerte. Hecho que lo atribuimos, a un incendio documentado en la primer iglesia rancho, remplazada en 1837 por una segunda capilla construida con mejores materiales.
En esta etapa hemos analizado los libros de muertos, en actas parroquiales de la Iglesia Catedral Ntra. Sra. del Rosario. De estos documentos se desprende que los cadáveres eran enterrados en Campos Santos de la iglesia, ya que en la documentación mencionada dice textualmente: - enterrado en uno de los Campos Santos de esta iglesia, o Parroquia. Sin embargo no pudimos hasta la fecha ubicar espacialmente el lugar que ocupo ese primer cementerio mencionado, inferimos que pudo haber sido trasladado cuando se inaugura el Cementerio Central o cuando se construyó el tercer templo el cual se comienza con las obras en 1856 quedando habilitado recién en 1864. El otro documento que nos refiere a un cementerio lo encontramos en el primer libro de actas de la Municipalidad, de 1857 que en folios 66/68 piden la construcción de una casa para el encargado y la plantación de árboles, pero no deja en claro a donde funcionaba entonces la necrópolis.
Lo cierto es que no hay evidencias de un cementerio lindero a la iglesia al construirse el cuarto emplazamiento sacro iglesia Catedral (1901 se coloca la Piedra Fundamental 1903 comienzan las obras y 1906 se inaugura) y no pudo haber quedando debajo de alguna de estas iglesias que, si bien se sucedieron temporalmente, el mismo terreno fue reutilizado en todas las ocasiones; y solo se declaró en el último caso la aparición de dos cadáveres sin identificación al momento de la remoción del terreno para la construcción de la actual iglesia catedral. Estos cuerpos uno pertenecía a una adolescente que se cree por algunos documento, que podría tratarse de la sobrina que acompañó a la primer maestra Sor Gregoria Tapia, la que había llegado al fuerte en 1835. La misma muere a consecuencia de un malón en 1844 y la maestra regresa a Buenos Aires un año después. Del otro cadáver no hay datos que acredite su identificación. El hecho que no se encontrara antes, se cree que es por que los templos anteriores, no tienen la envergadura de una catedral gótica.
La fecha 1858, se reconoces por iniciarse las actas impresas con una forma predeterminada donde se daba licencia para sepultar en el Cementerio General de Cadáveres.
Igualmente no especifican si al decir Cementerio General de Cadáveres se refiere a los Campos Santos de la iglesia o si en esta fecha ya existiera otra necrópolis o que el Cementerio Central, funcionara espacialmente en el lugar que hoy se encuentra, pero que en las actas se reconozca de esta manera por ser una dependencia de la iglesia.
Lo cierto es que del Cementerio Central no existe documentación que indique la fecha de inauguración. En enero de 1951, el intendente Malère decretó el cierre definitivo del Cementerio del Oeste.
Los orígenes del Azul
De 1855 hasta 1895 Azul atraviesa una crítica situación por ser frontera del desierto, caracterizada por violentos enfrentamientos que hacían estragos en el pueblo y la campaña. La composición poblacional sufre notables cambios, puesto que más del 50 % son de diferentes provincias, especialmente Buenos Aires, Santiago del Estero y Córdoba, que llegaban a Azul como parte de la campaña o atraídos por los repartos de tierras.
Así es como los primeros pobladores, fundaron sus establecimientos rurales próximos al arroyo Gualicho. No era posible avanzar más al Sud, debido a que por las inmediaciones de la laguna Cacharí, y en el paraje conocido por La Verde, costa del arroyo Azul, se encontraban las tolderías y tribus de los caciques Venancio y Laudau. Este fue más tarde a remanecer al norte de Tandil. El indio Venancio, se corrió para el lado de Tapalque.
Los indios Juan Catriel y su aliado Cachul, que servían con más o menos fidelidad al gobierno, fueron alojados a la margen izquierda del arroyo en tierras o solares comandante en jefe de la frontera sud General, Manuel Escalada les regalara. Estas tierras fueron compradas personalmente por el referido general, y conferidas a los mencionados caciques y sus indios para que la poblaran y vivieran en contacto con la civilización. (A. Del Valle1870). Este relato se refiere a la fundación de Villa Fidelidad en 1856. Pero el contacto duró muy poco y pronto se transformó en aislamiento. Si bien esa población en parte estaba registrada por algún relevamiento efectuado por los comandantes de milicias y más tarde por los jueces de Paz, de los entierros de aquel lugar no se tiene registro.
El casco urbano de entonces, comienza a cambiar su fisonomía. Las casas adquieren mayor altura y aparecen nóveles estilos arquitectónicos, al arribar las primeras oleadas de inmigrantes europeos, son los italianos, franceses y españoles los más numerosos.
En el Cementerio Único es el momento que irrumpen los primeros panteones, encontramos un pedido para la construcción de bóveda que data de 1856, esta no la localizamos, siendo en la actualidad la bóveda más antiguas la que data de 1862 perteneciente a la familia de Marcelino Riviere, cuya ubicación se encuentra lindera al paredón del sector disidentes pero en el momento de su emplazamiento lo era a la calle Arenales. Le sigue temporalmente la identificada como: Familia de Nicolás Navas que data de 1876 y encontramos un sector de tierra del mismo período destinado para sepultar varios neonatos, párvulos y algunas mujeres, estos se identifican por una imagen femenina de pasta piedra de cemento que remplazaría a la cruz. Este sector podría identificarse como el antiguo limbo, ya que hoy el mismo se desplazó hacia otro sector ubicado al NO de la necrópolis.
En ese período 1852 1880 la sociedad argentina se está reorganizando, luego de la caída de Rosas, el poder nacional pasó a manos de Urquiza.
En 1876, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, el ministro de Guerra Dr. Adolfo Alsina comienza a cumplir su avance al desierto con la construcción de zanjas para contener los malones, este proyecto abarcaba mas de 600 kilómetros pero solo se construyeron 374. La empresa fue criticada, sin embargo permitió retrasar el ataque y la posterior fuga del malón. Esta obra se integró con la excavación de trincheras, fundación de nuevos fortines y en establecimiento de nuevas avanzadas fijas.
La muerte de Alsina (1877) interrumpió el proyecto. En su lugar, el nuevo ministro de Guerra general Julio Argentino Roca, llevó adelante su plan inspirado en la táctica ofensiva móvil, aseguró el triunfo sobre el aborigen en la frontera sur y el oeste andino patagónico. Acceso al sector de los disidentes en el cementerio local.
Azul declarada ciudad
Poco después, 1895 Azul fue declarada ciudad. Comenzando allí otros tiempos, con un potencial agropecuario muy importante.
La composición poblacional y económica tiene un cambio rotundo. El flujo migratorio europeo nacional, se hace evidente en esta ciudad. Siendo las colectividades italiana, francesa y española, las más numerosas y en menor medida Suisos, Alemanes, Holandeses e Ingleses que se suman a un contexto ideológico donde se mezclan cultos tradicionales de origen judeocristiano, anglicano con ideología masónica y sociedades secretas.
Este último grupo atomiza el poder político, militar, económico y social, sus actividades estaban dirigidas hacia una floreciente y pujante actividad agropecuaria e industrial, si olvidar los aspectos filantrópicos que debía ocupar un lugar de privilegio en su actividad cotidiana, para así obtener reconocimiento social.
Sin embargo la realidad social está muy lejos de esta descripción, es este el momento cuando la población agudiza la fragmentación social y política en dos (este hecho se viene dando desde la fundación de villa Fidelidad 1856) dividiendo sin equidad en dos, la ciudad y su gente, con un límite espacial claro, constituido por el arroyo Azul cuya margen derecha se localizaba el centro cívico político, con una composición poblacional de ancestria europea, los mismos residían en la ciudad de Azul o Buenos Aires, poseen grandes estancias o industrias, con una notoria posición de privilegio, a diferencia de lo que ocurría en la margen izquierda donde se encontraba un sector empobrecido, en total estado de desamparo cuya ancestría se remonta a pueblos originarios de la región y provincianos de las primeras oleadas migratorias internas, es un sitio donde la industrialización no existió y el progreso no tubo significado, considerados como inferiores, infieles o bárbaros, por la dominante población extranjera. Separados estos sectores espacialmente en forma mínima.
El aislamiento fue de tal magnitud, que se reflejó tanto, en la vida social y cultural y La muerte, no se excluye de la problemática y en ella tan bien se hizo diferencia.
Instalándose a fin del siglo XIX un Cementerio destinado a indios, negros, pardos y criollos en condiciones de indigencia. El mismo llevó el nombre de Cementerio del Oeste o de los Pobres el que quedó afianzado durante los gobiernos conservadores.
En forma simultánea seguía funcionando el Cementerio Central pero en este período destinado a sectores sociales poderosos que pese a la crisis nacional de los noventa, mostraba un pujante desarrollo agroindustrial. Denominado entonces, como Cementerio de ricos, hecho que todavía se vislumbra en la magnificencia arquitectónica recreada en panteones y bóvedas de gran envergadura y eclecticismo y riqueza ornamental de gusto extranjero. La vanidad frente a la muerte y el seguir perdurando en un sitio de imponente porte en este sector llevo a legislar para poner un poco de orden al respecto.
La obra del Arquitecto Salamone y el cierre del Cementerio de los pobres
Otro hito de importancia a nivel edilicio se da en 1938, al cambiar la portada y la orientación de la misma, cuando el gobernador de la Provincia de Buenos Aires Fresco aprueba una serie de proyectos de su amigo el Ingeniero Arquitecto Francisco Salamone, El estilo como toda su obra es art decó, futurista, monumentalita tendiendo a la desmesura, más cerca de lo escenográfico que de lo práctico. Este pórtico reemplaza al originario, de un elegante y clásico estilo italianizante, con un gran arco de medio punto coronado con una piedad de mármol de gran dimensión y dos copones que la enmarcaban. Debajo de la misma se destacaban dos sobrerelieves, uno de un ángel a la izquierda y otro de un esqueleto alado a la derecha.
El tema en cuanto al funcionamiento de los dos cementerios no tiene variantes hasta que en 1951 cuando el entonces intendente Ernesto María Malère, dispuso su clausura y se decidió el traspaso de los restos al cementerio central por considerarse al Cementerio de Pobres, como sepultura de la discriminación.
Conocido en la escena como Thiflow, es subcampeón de la liga bonaerense de Free Style y referente de la movida en Azul. Entre torneos, talleres y batallas -incluso frente a un payador- busca impulsar el rap local y sueña con llegar al top nacional.
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